«El Hobbit»: cuando Peter Jackson volvió a encontrar a Tolkien
Día 14/12/2012 - 11.14
Llega a las pantallas «Un viaje inesperado», primera parte de la nueva trilogía cinematrográfica sobre la Tierra Media
La Tierra Media ha resucitado en todo su esplendor. La
patria imaginaria de elfos, magos, enanos, orcos y un sinfín de
estrambóticos y apasionantes personajes, que protagonizó uno de los
fenómenos más notables del cine contemporáneo, regresa a la gran
pantalla para narrar la fascinante precuela de «El Señor de los Anillos». La adaptación cinematográfica del viaje de «El Hobbit» ha sido tan poco inesperada como azarosa. Ni los poderes del mago Gandalf hubieran podido deshacer tal entuerto; idas y venidas en la dirección con la salida de un desesperado Guillermo del Toro,
problemas económicos con la productora MGM (que se quedó en el camino),
tormentas tropicales, retrasos en los plazos de rodaje… A todo ello se
ha sobrepuesto el estoicismo de Peter Jackson, quien juró que nunca dirigiría esta nueva trilogía: «Me resistí a adaptar "El Hobbit" un poco por superstición.
No quería repetir "El Señor de los Anillos", competir conmigo mismo»,
comenta el cineasta neozelandés durante la presentación oficial de la
película en el hotel Clardige de Londres, a la que asistieron una
veintena de miembros del reparto y la guionista Philippa Boyers, quien junto a Fran Walsh y Guillermo del Toro han adaptado y ampliado las 125 páginas originales de «El Hobbit».
¿De dónde saca Jackson material para crear una nueva
trilogía, que inicialmente planteó como dos películas?, se preguntan
muchos. Pues de los escritos que Tolkien publicó años más tarde como apéndices de "El Señor de los Anillos": unas 180 páginas más de las que Jackson exprime cada detalle para trasladarlo a la gran pantalla. «Es algo así como "El Hobbit" extendido», puntualiza. Para quien no haya leído la obra que J. R. R. Tolkien publicó en 1937, narra las aventuras de Bilbo Bolsón,
un hobbit de modales británicos embarcado en una aventura fantástica,
en un tono más breve, ligero e infantil que la epopeya apocalíptica de
Frodo Bolsón y sus amigos. El escritor británico lo concibió como un cuento para contar a los niños a la hora de dormir.
Jackson ha trazado el camino inverso al de Tolkien en sus adaptaciones
cinematográficas, relegando para el final el germen del universo que
Tolkien desarrolló con amplitud dos décadas después. «Mientras "El Señor
de los Anillos" es un tipo de cine más épico, las películas de "El
Hobbit" son más una historia de personajes, con comedia y humor», especificó el director de la superproducción, en la que se han invertido 142 millones de euros.
«No quería repetirme ni competir conmigo mismo», dice Jackson
Entre los veteranos, repiten Ian McKellen como Gandalf; Andy Serkis, que además de interpretar a Gollum echará un cable a Jackson como director de la segunda parte; Cate Blanchett como Galadriel y muchos otros. «Todo resulta muy familiar; doce años después el equipo técnico, los maquilladores y buena parte de los actores somos los mismos. Nos volvemos a reunir en las verdes tierras neozelandesas», comenta Sir Ian McKellen. Lo que sin duda rompe con todo lo anterior es la apuesta personal de Jackson en el plano técnico.
A 48 fotogramas por segundo
Filmada en 3-D y apabullantes efectos especiales, es la primera película rodada a 48 fotogramas por segundo,
en vez de los 24 habituales. ¿Cambió la forma de rodar de los actores?
«No, no ha supuesto ninguna diferencia. Pero me parece muy bien que se
haya probado algo nuevo, hay que experimentar y hacer progresar al cine», comenta McKellen. El incombustible Jackson incorporó además la técnica de las cámaras esclavas,
mediante la cual los actores que encarnan las diferentes razas
«tolkienianas» ruedan en platós distintos pero al mismo tiempo, para
corregir los efectos ópticos de las diferentes estaturas y para sacar el
máximo partido a las prótesis faciales que los caracterizan. Arranca una nueva aventura. El año que viene por estas fechas, su próxima parada.
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