J. R. R. Tolkien pudo haber fascinado a millones de lectores en todo el mundo con El Hobbit y El Señor de los Anillos, obras que lo colocaron como el padre de la literatura moderna de fantasía, sin embargo, el escritor británico nunca llenó el ojo del jurado del Premio Nobel.
“Por su pobre prosa”, esa fue la razón por la que la Real Academia Sueca de Ciencias le negó el Nobel de Literatura a Tolkien en 1961, para el jurado la obra literario del escritor, poeta, catedrático, filólogo y lingüista estaba muy lejos de las narraciones de la más alta calidad.
El jurado del Nobel guarda con gran recelo las razones por las que decide no otorgar el galardón a los múltiples candidatos, de hecho, los documentos de cada elección son guardados bajo llave y son liberados para el cocimiento del público 50 años después.
“No está de ninguna manera a la altura de la narración de la más alta calidad”, fueron las palabras con las que el jurado Anders Österling justificó la decisión de la Real Academia para negar el nobel a Tolkien, quien había sido nominado por su amigo y colega, C.S. Lewis, el creador de Las crónicas de Narnia.
La Real Academia tiende a deshacerse en elogios para el ganador del Nobel y tratar con frialdad a aquellos que no fueron lo suficientemente ‘buenos’. Por ejemplo, el año pasado otorgó el galardón a Bob Dylan por “haber creado una nueva expresión poética de la gran tradición de la canción estadounidense.
El Señor de los Anillos tenía sólo siete años de haber sido publicado y aunque ya había logrado vender algunos millones en el mundo, aún no alcanzaba los estratosféricos niveles de éxito que registra en la actualidad, sobre todo después de la adaptación cinematográfica de Peter Jackson.
Tras la publicación de El Señor de los Anillos, la crítica fue muy dura con Tolkien, pues varios críticos la catalogaron como infantil e inmadura, cuyos personajes eran “como niños que nunca llegarían a la pubertad”, escribió el crítico Edwin Muir.
Michael Moorcock, escritor de ciencia ficción y crítico acérrimo de Tolkien, comparó la novela con Winnie the Pooh, el autor decía que la principal falla de El Señor de los Anillos es que presenta una obsoleta lucha del bien contra el mal con personajes planos.
Pero ni las malas críticas y el desprecio de la Real Academia impidieron que el paso del tiempo, la obra Tolkien vendiera poco más de 150 millones de ejemplares en todo el mundo, lo cual colocó a El Señor de los Anillos como uno de los diez libros más vendidos en la historia.
Y no sólo eso, Tolkien y sus obras influenciaron a toda una generación de escritores, tales como Stephen King, George, R. R. Martin, J. K. Rowling, Neil Gaiman, Christopher Paolini. Además que los elementos mágicos del autor pueden encontrase casi en cualquier obra moderna de fantasía.
Tolkien fue un hombre que dedicó su vida a las letras, no sólo creó algunas de las novelas más influyentes, también fue el responsable de crear nuevas lenguas como animálico, el nevbosh, el naffarin y el Quenya, en la cual escribió poemas como Namárië.
Si bien Tolkien no obtuvo el reconocimiento, en su momento, de las grandes instituciones, el tiempo y los lectores se han encargado de colocar al autor y sus obras en el lugar que le corresponden.
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